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MOVIMIENTO POR LA TIERRA

Un nuevo modelo agrario

Un nuevo modelo agrario

“Cuando surgió el tema de la colonia, en Utaa comenzamos a trabajar para que el proyecto fuera una alternativa al modelo tradicional que predomina en el campo”, dice Jorge Rodas.

“Actualmente, el modelo tradicional hace que el asalariado rural sea el más abandonado. Es el que más aporta y el que menos recibe. Recibe tan poco que ni siquiera puede mandar a los hijos a terminar Secundaria. Por eso vimos a la colonia como una experiencia que permitirá el acceso a la tierra por la que tanto hemos luchado para trabajar y vivir con dignidad, cubrir las necesidades de nuestras familias y dar una buena educación a nuestros hijos. La tierra no debe ser sólo para los grandes latifundistas, para los monocultivos, las multinacionales, para los capitales extranjeros”, agrega.

“Las 2033 hectáreas que nos prometieron no pueden venir solas. La tierra es importante, es la base de todo, pero se necesita algo más. Se necesita un parque de maquinaria, viviendas para las familias que se asienten en la colonia y, entre otras cosas, recursos financieros que permitan trabajar y vivir mientras llega la cosecha. Si no se dan esas condiciones, la experiencia puede fracasar porque ni los peludos ni los pequeños productores son grandes terratenientes que disponen de capital para sembrar y esperar. Si no disponen de medios para aguantar hasta la cosecha, quedarán endeudados y eso puede llevarlos al fracaso, y si fracasan no faltarán quienes digan que los trabajadores rurales no sirven para llevar adelante una experiencia de este tipo. Pero todos sabemos que sí servimos, que podemos hacer bien las cosas. Lo que necesitamos en esta instancia es crédito y apoyo, respaldo para salir adelante”, explica.

Este es precisamente uno de los temas que se pusieron sobre la mesa en las negociaciones con Alur y el Inc. Los trabajadores rurales y los pequeños productores reclaman que una vez que se haga efectiva la adjudicación de tierras, Alur adelante a los colonos recursos financieros que serán descontados del producido de la cosecha. “Eso es fundamental para que el proyecto de la colonia sea posible”, señala Rodas.

Rodas también pone el acento sobre la diversificación productiva, otra de las demandas de las organizaciones. “Planteamos que en la colonia se produzcan alimentos, además de caña. El tema de los alimentos es un problema crucial, no sólo en nuestro país sino igualmente a nivel mundial y por eso vemos a la diversificación productiva como uno de los objetivos esenciales de la colonia”.

“Un modelo agrario como el que planteamos, con acceso real a la tierra de los actuales asalariados rurales, diversificado, con trabajo asociativo de los colonos y participación activa de la clase trabajadora del campo en los proyectos productivos, no sólo abrirá nuevos horizontes a un sector tradicionalmente explotado sino que se constituirá en una experiencia que puede aplicarse también en otros lugares del país”, dice Rodas.

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