En el Estado de Pará (Brasil), el 17 de Abril de 1996, alrededor de 1500 campesinos y campesinas sin tierra, que habían venido luchando cerca de dos años por su derecho se asentaron en un espacio de tierra no-productiva después de haber sido expulsados de sus propias tierras, se movilizaron hacia la capital de Pará, con el fin de presentar sus demandas y exigir solución para su situación. Cuando llegaron a la ciudad de Eldorado de Carajás la marcha se detuvo para que las mujeres embarazadas y los niños descansen, pero fueron atacados por más de 100 policías militares, quienes dispararon con armas a los manifestantes, 19 compañeros y compañeras murieron cayeron muertos y 69 resultaron heridos en esta masacre. Hasta la fecha, no ha habido ninguna condena para los responsables de este crimen contra los campesinos del Movimiento Sin Tierra de Brasil.
El mismo día, dirigentes campesinos, hombres y mujeres de todo el mundo que son parte de la Vía Campesina se encontraban reunidos en Tlaxcala, México en su Segunda Conferencia Internacional, quienes al saber de estos hechos, declararon al 17 de Abril como el “Día Internacional de la Lucha Campesina”, en reconocimiento y homenaje a compañeros y compañeras quienes luchan por la tierra y los derechos de los campesinos en todo el mundo.
Un año más tarde, el 17 de Abril de 1997, en Cochabamba, Bolivia, 5 compañeros cocaleros entre ellos un niño y una mujer, fueron masacrados, por llevar 3 meses ya de vigilia en busca de los derechos de la Madre Tierra, y el cultivo soberano de la hoja de coca. Estas historias se repiten en todo el mundo, pero muchas de ellas son invisibilizadas por los intereses del capital. En este sentido, el 17 de Abril, no es un día de fiesta, todo lo contrario es un día de movilización, de lucha y resistencia campesina en todo el mundo.
Al presente…
Hoy en Latinoamérica con mucha más fuerza, el imperialismo adopta por nuevas y diversas formas para seguir reproduciéndose cínicamente, fortaleciendo así, su modo de dominación y explotación, mediante un nuevo modelo de acumulación que favorece la expansión del capital trasnacional, asociado al agronegocio y a la minería cielo abierto.
El capital, en su afán por acaparar el poder y los recursos, ha ido creando mecanismos perversos para desaparecer a los campesinos y campesinas obligándolos a entrar a un modelo de producción industrial que prioriza la exportación por encima de la propia vida, dejándolos sin alimentos sanos y tierras para su cultivo, sumiéndolos en la pobreza y el hambre. En Latinoamérica cada día crecen con más fuerza mecanismos como el monocultivo para la producción de agrocombustibles y transgénicos que influyen directamente al pueblo campesino, originario y afrodescendiente, pues es extensivo en tierra lo que genera un desgaste de la tierra a corto plazo, agudiza la crisis climática y conlleva el desplazamiento forzado de las campesinas y campesinos a las grandes ciudades, engrosando así los cordones de pobreza Actualmente, nuestro continente y su gente se enfrenta a un fuerte acaparamiento de tierra por parte de las principales empresas multinacionales, las cuales invaden nuestras tierras y saquean nuestros recursos naturales; en muchos de nuestros países sufrimos con la concentración de tierras para la producción de caña de azúcar, palma africana, soja, banano, maíz, etc. en detrimento de una producción de alimentos al pueblo.
El acaparamiento de tierras niega el acceso a la tierra a nosotros campesinos y campesinas, desgastan nuestros suelos y sus nutrientes con el monocultivo, maltratan y discriminan a nuestras mujeres campesinas cargándolas de trabajo con el patriarcado, eliminan nuestras semillas y enferman a nuestros pueblos con la utilización de los agrotóxicos y transgénicos, dejándonos sin medios para producir nuestros alimentos.
Actualmente un nuevo fenómeno que se conecta al acaparamiento de tierra – y que solo refuerza la concentración de las tierras en pocas manos – es la modernización de capital en el campo, que sirve para una producción más grande de alimentos para la exportación a otros continentes, en los mercados especulativos y a la producción de los agrocombustibles, resultando en el fortalecimiento de las transnacionales y del capital financiero, en la súper explotación de la mano de obra, en el no cumplimiento de los derechos de los y las trabajadoras asalariadas y la violación de los derechos humanos. Este nuevo fenómeno es fortalecido también por muchos de los gobiernos de Latinoamérica, los cuales se someten a los acuerdos económicos y financieros que propone la lógica capitalista mundial dejandonos sin protección del aparato estatal de nuestros países.
La Resistencia Crece
Nuestro continente viene defendiéndose de la invasión hace siglos; por mucho tiempo vemos nuestros recursos naturales siendo robados. La lucha campesina, originaria y afrodescendiente es necesaria.
Somos nosotros y nosotras los que defendemos y luchamos por nuestros derechos visto que la política mundial capitalista resulta en el avance del hambre, de la guerra, y la violación de los derechos humanos, etc.
Nuestra lucha es por la soberanía de nuestro pueblo, por la solidaridad con todos los pueblos; luchamos por un sistema en el cual la vida sea lo principal, luchamos por la soberanía alimentaria, por continuar alimentando al mundo con alimentos saludables.
Luchamos por nuestro acceso a la tierra, al agua, a mantener las semillas como patrimonio de nuestros pueblos, a la conservación de la Madre Tierra para que nuestro mundo sea vida y no muerte. Por mucho tiempo hemos sido discriminados, oprimidos, detenidos, perseguidos, asesinados y masacrados por luchar por nuestros derechos y de todo el pueblo del mundo pero a cada momento nuestra lucha se refuerza, a cada día y a cada clamor del pueblo nosotros enseñamos revuelta, indignación, solidaridad, cambio y ¡LUCHA!
Seguiremos luchando y avanzando en nuestra lucha, en nuestras conquistas. En este sentido, rechazamos todo intento de represión y la criminalización de la lucha y la protesta en el continente y en el mundo, a lo largo de la historia los pueblos se levantan y resisten para transformar todo aquello que los oprime, domina y somete en esa lucha incesante contra el sistema dominante.
Desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC/Vía Campesina, hacemos un llamado a todas las organizaciones a realizar variadas actividades en cada uno de sus países, reforzando la lucha internacional campesina y en búsqueda de nuestros derechos; estas pueden ser movilizaciones, foros, eventos culturales, ferias de soberanía alimentaria, solicitamos nos envíen información sobre la actividad que realicen en cada uno de sus países, para de esta manera junto con la Vía Campesina visibilizar esta gran movilización alrededor del mundo. Por más que implementen todos los mecanismos para debilitar y desarticular al conjunto de las clases oprimidas del campo y la ciudad:
¡LA RESISTENCIA CRECE!
POR LA TIERRA Y LA SOBERÍA DE NUESTROS PUEBLOS
¡AMÉRICA LUCHA¡