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MOVIMIENTO POR LA TIERRA

Cansados de esperar

Cansados de esperar

El 26 de noviembre de 2007, en la plaza principal de Bella Unión, Artigas, en el curso de una de sus giras “pueblo a pueblo”, el presidente Tabaré Vázquez prometió que el Instituto Nacional de Colonización (Inc) entregaría tierra a “los peludos y sus hijos”.

El anuncio presidencial abrió las puertas a un proyecto de instalar en la tierra prometida una colonia agraria de asalariados rurales y pequeños productores. El objetivo de la colonia, denominada Raúl Sendic Antonaccio por el Inc, era producir caña de azúcar para Alcoholes del Uruguay (Alur), en el marco del proyecto sucroalcoholero del gobierno progresista.
Cuando se comenzó a hablar de la futura colonia quedó claro que la tierra sola no era suficiente. Como plantearon reiteradamente los aspirantes a colonos y las organizaciones que los representan, se necesitaba maquinaria, viviendas, financiación, sistema de riego y otras cosas imprescindibles, pero no se contaba ni con un tractor en buen estado. En esas condiciones era imposible que los colonos pudieran trabajar y vivir dignamente.

También tomó cuerpo el  no menos razonable planteo de no convertir a la colonia en un monocultivo de caña. “ Además  de caña debemos producir alimentos”, afirmaron, una y otra vez, quienes aspiran a afincarse con sus familias en la colonia.
Pero el proyecto se fue hundiendo poco a poco en un profundísimo pozo de idas y vueltas, dilatorias, reuniones extenuantes y aplazamientos de todos los colores. Los peludos y los pequeños productores empujaban y empujaban pero el INC y ALUR hacían tiempo y no concretaban. Y así pasaron dos años, dos meses y cuatro días sin que el proyecto terminara de nacer, sin que la colonia, que tantos hermosos sueños había encendido, se hiciera realidad.

Fue así que en las primeras horas del pasado lunes 4 de enero la tierra prometida fue ocupada por militantes de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (Utaa), la Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados Rurales de Bella Unión (Apaarbu), el Sindicato de Obreros de la Caña de Azúcar (Soca), la Gremial Granjera y el Sindicato de Obreros de Calagua (Sucal), las cinco organizaciones sociales  involucradas en el proyecto.
“Ocupamos porque nos tenían a cuentos”, dice Juan Santana y agrega: “La gente se cansó de esperar. No entregaron la tierra que habían prometido hace dos años y tampoco se adoptaron medidas para que los colonos tuvieran condiciones dignas de vida y de trabajo”.

“La entrega de la tierra que había prometido el presidente se venía postergando y postergando y no se adelantaba nada. Fue por eso que ocupamos, porque ya no servía seguir esperando. Sólo luchando se consiguen las cosas”.

La ocupación puso rápidamente en movimiento a Alur y al Inc. Con la toma de la tierra se logró llegar a una instancia de negociación que permitió abordar temas planteados más de dos años atrás. En efecto, cuando sólo transcurrían tres días de ocupación, representantes de Alur, el Inc, Utaa, Soca, Sucal, Apaarbu y Gremial Granjera mantuvieron una extensa reunión centrada en las demandas planteadas por las organizaciones. El acta de esa reunión, firmada por los representantes de Alur y el Inc, contiene los reclamos de los sindicatos y sirve de base para las negociaciones que están en curso.

Un día después de esa instancia clave, la ocupación fue interrumpida pero no levantada. “Pasamos a un cuarto intermedio, mientras seguimos negociando. Si no llegamos a acuerdos satisfactorios para los trabajadores y los pequeños productores retomaremos la medida. Estamos en estado de alerta”, dijeron a Nueva Tribuna dirigentes de los sindicatos.

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